Sobre los espacios que dictan sus propias reglas

Según la “Teoría de la Reminiscencia” de Platón, el alma, al nacer, ya contiene todo el conocimiento, y aprender no es más que recordar lo que ya sabíamos. El fin de nuestra experiencia humana, tan pocas veces alcanzado, es el de desvelar la realidad, es decir, quitar “el velo” que la cubre. Y si a estas alturas ya os estáis preguntando si por error os habéis colado en un blog de filosofía, la respuesta es que no, que, como el diseño de interiores no es una ciencia exacta (nada más lejos), el alma tiene en él mucho que decir, y por eso hay que contemplarla.
Si nos hemos remontado hasta Platón y su teoría del conocimiento innato es porque hay ciertos espacios en los que, al entrar y observar su proyecto de interiorismo recién acabado, nos preguntamos: “¿Pero este espacio lo ha inventado un diseñador de interiores o bien ya existía en potencia y sólo lo ha desvelado”? Esto ocurre. Hay espacios tan perfectos, con sus imperfecciones incluidas, que parece que no exista otra alternativa viable que los pueda convertir en algo aceptable. Debían de ser así y así han sido. Y esa es la “prueba del algodón”: si al verlos juegas a buscar opciones, es que han sido diseñados desde el raciocinio. Si no, es que son inspirados.
Vamos a poner algunos ejemplos de diseños de interior célebres y muy variopintos que, a nuestro parecer, son inspirados:
El restaurante Le Train Bleu (París, Francia)
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Interiores de estilo Belle Époque con boiseries ornamentadas en madera dorada, frescos en los techos con escenas alegóricas (en realidad son lienzos, pero esto es un secreto) y molduras talladas a mano. El mobiliario es de inspiración clásica, con butacas tapizadas en terciopelo azul y mesas de mármol con detalles en latón. Grandes arañas de cristal cuelgan de los techos altos, reflejando la luz en los espejos enmarcados que amplifican la sensación de opulencia. Es un ejemplo perfecto de cómo un interior puede dictar su propia identidad sin admitir modificaciones ni reinterpretaciones.
El hotel Il Pellicano (Toscana, Italia)
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Sus paredes encaladas, sus suelos de terracota envejecida y sus muebles de madera noble no siguen una tendencia, sino una verdad que pertenece a la Toscana. Todo encaja sin esfuerzo. Los textiles son de lino y algodón en tonos neutros. Los detalles, de hierro forjado. Y cuesta no imaginarse un sombrero de paja toquilla sobre la cama. La conexión con el exterior está muy reforzada, mediante grandes ventanales y terrazas abiertas al paisaje toscano. Es un proyecto que sentimos muy “Bosco”.
Villa Oasis, o la casa de Yves Saint Laurent (Marrakech, Marruecos)
Un espacio de inspiración marroquí con estucos de tonos cálidos, mosaicos zellige en paredes y suelos, y carpintería tallada a mano en puertas y ventanas. Predominan los textiles artesanales, como alfombras bereberes y cojines de seda bordada. La iluminación es cálida, con faroles de metal calado que proyectan sombras geométricas. La vegetación, abundante en patios y galerías para integrar el exterior con el interior. Esta casa no es un homenaje al estilo marroquí, sino su manifestación más pura.
Y ahora, nuestro turno
Porque, sí, los muebles de Bosco también han participado de espacios que parecen haber dictado sus propias reglas, y eso hace extensible a nosotros la virtud de la inspiración, lo cual es un gran honor.
Tomemos como ejemplo Can Xoriguer, una masía tradicional rehabilitada donde el interiorismo no se impone, sino que dialoga con el contexto. La piedra original de las paredes expuesta permite una textura que es memoria del lugar. El microcemento en tonos neutros crea una base sutil que unifica los ambientes sin restar protagonismo a los materiales naturales. Y el mobiliario refuerza esta armonía: madera noble con vetas marcadas, estructuras metálicas que aportan solidez sin invadir, y fibras naturales en luminarias y textiles que tamizan la luz y aportan calidez.
El interiorismo es de Anna Mir Studio, que ha sabido escuchar al espacio y dejar que sea él quien hable. Y parece ser que le ha susurrado al oído: “¡elige Bosco!”.