Quien haya visitado alguna vez Menorca sabrá que lo transparente de sus aguas nada tiene que envidiar a las del Caribe. Quien aún no lo haya hecho, lo habrá envidiado alguna vez, en alguna postal. Y así se ha forjado una idea en el imaginario colectivo que es fiel a la realidad: que las playas de Menorca parecen de cristal. Pero para hablaros de cómo nació nuestro proyecto “Nao Catedral Boutique Hotel”, primero tenemos que irnos un poco tierra adentro, no demasiado, hasta la primera capital: Ciutadella.

A finales del s. XVII los británicos arrebataron a Ciutadella el título de capital para otorgárselo a Mahón. Sin embargo, se llevaron poco más que un sello en un papiro, porque Ciutadella mantuvo, y lo ha hecho por siempre más, un aire señorial. Se ve en sus edificios de piedra marés, porosa y blanca reluciente, en sus palacios y en su catedral, una joya del gótico catalán, imponente pero sobria. Y allí, justo a su lado, había de alzarse el Nao Catedral Boutique Hotel. Montaner confió en Nando Pons para dar forma a la arquitectura y en nosotros, Bosco, para desarrollar el interiorismo. Ya os podéis imaginar cómo de especial fue este encargo.

Y ahora sí, ya podemos volver al mar, porque es el gran protagonista de esta historia. Si bien sabíamos, desde un inicio, que queríamos capturar su esencia, no teníamos claro cómo abordarlo, pues la brisa marina no es nada que se pueda encerrar y porque ofrecer calidez al cliente era esencial. Y encontramos la clave: centrarnos en el mundo náutico siendo absolutamente fieles a su imaginario. Sin artificios, transparentes como nuestro mar: acceder al Nao Catedral Boutique Hotel debía ser como embarcar, y entrar a una de sus habitaciones, como adentrarse en un camarote. Así, de esta forma aparentemente naïf, conseguimos la inmersión sensorial que estábamos buscando. Por supuesto, materializando la conexión entre el mundo náutico y la elegancia atemporal de Ciutadella y sin perder de vista el confort y la funcionalidad.

¿Cómo lo hicimos? Para lograrlo, apostamos por materiales y formas que evocaran la vida a bordo, siempre con un lenguaje depurado y una estética mediterránea. Diseñamos y fabricamos mobiliario a medida en maderas claras, buscando ligereza visual y un acabado natural que recordara las cubiertas de los veleros. En las habitaciones, las camas de líneas sencillas y cabeceros integrados en la pared reforzaron la sensación de orden y amplitud, mientras que los armarios de carpintería a medida evocaban cofres marineros.

Los detalles marcaron la diferencia: las lámparas de pared habían de recordar a las de los barcos, los espejos ovalados emular escotillas, y la grifería y los pomos de las puertas, con formas inspiradas en timones, reforzar la temática náutica sin caer en lo literal. La ropa de cama y los textiles, siguiendo la línea, solo podían ser de un blanco impoluto con finas líneas azules.

En los baños buscamos formas redondeadas, accesorios en acabados metálicos que recordaran a los herrajes de los barcos y una paleta cromática clara que amplificara la luz natural.

La coherencia con la arquitectura y el entorno fue clave en todo el proceso. Hoy, la sobriedad elegante de Ciutadella se refleja en cada estancia del Nao Catedral Boutique Hotel, donde cada pieza de mobiliario, cada textil y cada detalle decorativo ha sido diseñado para ofrecer una experiencia inmersiva.

Ha sido todo un privilegio dejar la huella de Bosco en un proyecto tan especial